viernes, 24 de abril de 2009

De Karatecas: Las faltas más salvajes del fútbol peruano

Las faltas más salvajes del fútbol peruano

A propósito de la patada de Fleitas a Aliberti, un recuento de los peores fouls del fútbol peruano

http://s.peru21.pe/102/ima/0/0/0/2/4/24139.jpg

Por: Miguel Villegas

En el fútbol de huachas y sombreros del Perú también hay patadas feas. Hay quienes le pegan bien a la pelota y hay quienes sencillamente pegan. En los últimos 20 años se han cometido peores faltas que la de Leandro Fleitas a Junior Aliberti en el último clásico Alianza-Cristal. Este ránking lo prueba.

Si los futbolistas piensan con los pies, estos hombres tienen la mente sucia. Eso es lo que debe pensar Aliberti, el delantero que ha sido acusado de uruguayo “trucho” por quejarse de una patada con alevosía a la altura de la rodilla. Sí, señores. Este Fleitas no daba pataditas en el vientre; tiraba tacles.

1. SAMUEL EUGENIO A BONÉ

http://dechalaca.com/images/archivo/Fotos_Naturales/futbol_peruano/clubes/campeonatos_locales/primera_division/nacional/1986/1986_uni.cri_bone_ec.jpg


Samuel Eugenio era un extraño caballero: en la cancha nunca decía lisuras, pero podía mandarte al diablo ahí mismo. Su posición era la defensa, aunque sus detractores dicen que atacaba todo el tiempo. “Chamuco”, zaguero de medias caídas sin canilleras, atropellaba. La infracción más comentada del jugador de la “U” merecía más que una multa. Pero el juez Edison Pérez ni siquiera lo amonestó.

Fue el 5 de enero de 1986, el último Cristal- “U” de Oblitas como jugador. La falta de “Chamuco” fue tan salvaje que hasta el “Ciego” la vio: una patada criminal en la pierna izquierda de Enrique Boné, un joven volante celeste que acabó su carrera sin siquiera haberla comenzado. Boné lo denunció. El juicio duró un par de años y Eugenio lo ganó. Para seguir coleccionando huesos.

2. KUKÍN FLORES AL “CHURRE”

Hasta esa tarde, no sabíamos que “Kukín” podía usar las dos piernas. Para subir al bus, la izquierda. Para salir al campo, la zurda. Para taclear, las dos. Lo usual era que Carlos Flores sea un personaje condenado a las esquinas de los diarios deportivos. Pero la tarde del 2 de octubre de 1994, “Kukín” fue la portada: gracias a sus pies, a sus dos pies. Con un karatazo callejero saltó sobre el “Churre” Hinostroza, que esta vez no tuvo la necesidad de simular la falta ni inventar muecas de dolor. Un comentarista de América TV predijo: “Kukín no juega hasta el próximo año”. Efectivamente, ocho fechas después de esa agresión, Carlos Flores volvió. Ya con otra camiseta —la crema por la rosada—, pero con ese mismo instinto salvaje que aparecería una y otra vez.

3. PEDRO GARAY A GUADALUPE
Era un jugador caliente que lideraba un plantel acusado de frío. Por eso no aguantó que Luis Guadalupe, entonces un tembleque “Guagua”, intentara unas poco ortodoxas pataditas. Esperó tres segundos y pegó a la paraguaya: se llevó media, canillera y por poco el larguísimo fémur de Cuto. Para el estadio era tarjeta roja, para el juez “Pellejo” Torres fue apenas tarjeta amarilla. Lo que vino después fue el escándalo: gol de empate rimense, expulsión de Carranza, bronca total y una frase que Eduardo Luján Manera inmortalizó en Canal 13: “Sergio (Markarián), me la pusiste a mí, eh; me la pusiste a mí que soy tu amigo”. Al día siguiente, 28 de octubre de 1996, Cristal era tricampeón, pero ni la fiesta cervecera hizo que la gente olvidara el incidente. La CJ de la ADFP, con una celeridad que se extraña, castigó a Garay tres fechas, además de otras sanciones a jugadores de la “U” y Cristal.

4. GUADALUPE A CÁNCAR
Los dirigentes de la “U” decidieron jugar un partido sin garantías del Indeci, ni de los bomberos y sin policías. Con un estadio así, con todas las reglas rotas, Luis Guadalupe se sintió con la absoluta libertad de jugar como “Cuto”. Es decir, con torpeza. Así, al minuto de juego, “Cuto” le rompió la tibia y el peroné a Jean Pierre Cáncar, entonces joven promesa del Boys. De suerte había ambulancia. La noche del 19 de enero la llamada Noche Crema fue negra. Un partido que no debía jugarse y que acabó con la integridad de cientos de hinchas rosados en juego: la de los barristas que fueron agredidos por la Trinchera Norte y la del propio Cáncar, que tardó un año en volver.

De solo recordarlos, duele.


elcomercio.com.pe

No hay comentarios: